Parque Natural del Estrecho

Este Parque Natural marítimo-terrestre, situado entre el Atlántico y el Mediterráneo, alberga una gran riqueza natural de gran singularidad.

Marcado por las duras condiciones climáticas de la zona y el paso de civilizaciones desde tiempos remotos, cobija una flora y fauna muy adaptadas y fruto de la convergencia de áreas naturales muy distintas.

Esta diversidad se refleja en un importante recurso, el paisaje, encontrándose acantilados y plataformas de abrasión a un lado de Tarifa y playas arenosas por el otro; en el extremo oeste del Parque, desde Faro Camarinal se disfruta de preciosas vistas del mar y del litoral; tierra adentro, desde la Silla del Papa, se contemplan la campiña de la Janda y las sierras del sur de Cádiz.

Los vientos de levante y poniente juegan un papel fundamental en la esencia de este espacio: han configurado el terreno, definido las rutas migratorias de las aves y construido dunas. El hombre ha sabido aprovechar su fuerza para generar energía limpia y practicar deportes como el surf en todas sus variantes. En Tarifa, internacionalmente conocida por windsurf, el viento ha conseguido mantener el paisaje y el entorno frenando el urbanismo de sol y playa.

El visitante disfrutará de bellas playas como la de Los Lances, amparada bajo la figura de protección de Paraje Natural, o la de Bolonia, cuya famosa duna ha sido declarada Monumento Natural.

Flora

En estos arenales costeros crecen plantas adaptadas a la sequedad y el viento como el barrón, el enebro y la típica camarina, que da nombre al faro de la zona.

Alrededor existen pinos piñoneros, procedentes de la repoblación practicada en los años 60 del siglo pasado para contener las dunas, junto con un matorral de alto valor ecológico.

Adentrándose en la sierra aparecen encinas, alcornoques y acebuches junto con eucaliptos de repoblación. En los acantilados destacan los hinojos marinos y por doquier narcisos y genistas.

Fauna

Pero las protagonistas del parque son, sin duda, las aves. Entre las residentes, las de mayor presencia son la cigüeña blanca, el halcón abejero, el milano negro y el buitre leonado.

También es posible avistar águilas imperiales, elanios azules, alimoches, águilas perdiceras e incluso halcones peregrinos.

Esta riqueza ornitológica se multiplica con el paso de las aves migratorias, un espectáculo del que se puede disfrutar en la red de observatorios del Parque en distintas épocas del año.

Las aguas del Estrecho albergan valores naturales muy importantes, por lo que en esta zona aún se producen descubrimientos de nuevas especies para la ciencia. Se han contabilizado más de 1.900 especies de flora y fauna marina, siendo las más frecuentes e importantes la orca, el calderón, la tortuga boba y el delfín.

En este lugar, ideal para el buceo, se disfruta de extensas praderas de algas, indicadoras de la calidad ambiental del agua, destacando por su porte espectacular las laminarias. Las aguas del Parque del Estrecho albergan un gran número de cnidarios, moluscos y peces que conforman un auténtico deleite para los buceadores.

Patrimonio

El patrimonio cultural es otro reclamo más del Parque; de los numerosos restos arqueológicos, sobresale la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, enclave estratégico para la industria salazonera de la Bética.

Además, el legado arqueológico del Estrecho no se limita a la superficie terrestre, sino que el patrimonio submarino ocupa un importante lugar, resultando llamativa la cantidad de restos de naufragios.

Destaca asimismo como foco de patrimonio inmueble el centro urbano de Tarifa, que cuenta con la categoría de Conjunto Histórico.

Qué hacer

Los fuertes vientos dominantes en el Estrecho de Gibraltar han convertido a esta zona en un destino ineludible para los amantes de las actividades deportivas en el mar y la playa, como es el caso del kitesurf y windsurf. Sin duda, una de las propuestas de mayor reclamo en la zona es el avistamiento de cetáceos como delfines, calderones o rorcuales que seguro harán de estos recorridos en barco una experiencia sin igual. La biodiversidad de la que gozan estos fondos marinos es un recurso accesible con las actividades subacuáticas en la conocida isla de Tarifa, aunque es recomendable su práctica a través de empresas especializadas y siempre teniendo en cuenta la fragilidad del medio. La avifauna tiene especial relevancia en el parque por tratarse de un lugar estratégico para la observación del paso migratorio. Desde distintos observatorios, como los de la Peña o Cazalla, pueden divisarse un gran número de aves, en el marco de un paisaje dominado por dunas, playas y acantilados. El Parque Natural del Estrecho cuenta además con diferentes itinerarios acondicionados para la práctica del senderismo, destacando el sendero Duna de Bolonia, Cerro del Tambor o Colada de la Costa, entre otros.

Turismo ornitológico

Uno de los principales atractivos del Parque Natural del Estrecho es la posibilidad que nos brindan de ver el fenómeno migratorio de las aves. Es una de las zonas con mayor importancia ornitológica del mundo, tanto en número como en variedad de especies. Esta enorme riqueza se debe a su situación geográfica, enmarcado en el sur del continente europeo y bañado por el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, formando parte privilegiada de una de las rutas migratorias de aves más relevantes del planeta.

Existen en el parque multitud de miradores y observatorios que ofrecen excelentes vistas, y con unos prismáticos normales, relajado silencio y una sencilla guía de aves, podremos ver e identificar una amplia variedad de especies. Uno de los enclaves más destacables es el Paraje Natural Playa de Los Lances. En este lugar confluyen las desembocaduras de los ríos Jara y Vega, creando una zona marismeña protegida del mar por una barra arenosa de más de dos kilómetros de longitud.

Es uno de los humedales estratégicos en el paso de aves por el Estrecho. Los otros dos son las Marismas del Río Palmones (ubicado en la Bahía de Algeciras) y, en menor medida, el Estuario del Río Guadiaro (en el municipio de San Roque). Estos tres sitios sirven a las aves de descanso y avituallamiento para encarar el salto al otro continente, ya sea en su camino de ida como de vuelta, mientras que otras lo utilizan como última parada, para criar o pasar el invierno. Los humedales son fuentes de vida y las aves los principales protagonistas.

En el corazón del humedal Playa de Los Lances disfrutaremos de grandes vistas: la hermosa playa a todo lo largo, Tarifa, su isla y la costa africana, la ensenada y duna de Valdevaqueros, San Bartolomé y Punta Paloma. En el humedal es posible disfrutar durante todo el año con la presencia de la cogujada común (Galerita cristata), inconfundible con su simpática cresta estilo punk; o el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), especie que debe pelearse con los bañistas ya que anida en el suelo y los pollos son nidífugos (nadan más nacer, salen del nido y empiezan, vigilados y ayudados por los padres, a buscar comida entre las dunas). En invierno, el ambiente se anima muchísimo. Llegan las aves que se alimentan en el limo o barro que deja libre las aguas, tras la bajamar (límicolas), y las gaviotas. Ambos grupos están allí para alimentarse y sobre todo para descansar; podemos ver chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), charranes patinegros (Sterna sandvicensis), correlimos comunes (Caladris alpina), tridáctilos (C. alba), y un largo etcétera.

El visitante debe tener en cuenta que la visita a estos observatorios dependerá de la época que nos encontremos, siendo las mejores fechas las que median entre la segunda quincena de julio a la primera de octubre. Durante este periodo se produce lo que se denomina migración postnupcial. Las especies que han venido a criar a Europa regresan para África con su descendencia y, además, tienen urgencia por hacerlo. Esto se concentra en pocas semanas; una verdadera avalancha de vida. Los ornitólogos y aficionados de todo el mundo aprovechan estos días para realizar los conteos. Al grupo de aves que se observa en estos dos lugares se suman las planeadoras, es decir, rapaces y cigüeñas, siendo las principales en cuanto a número: los milanos negros (Milvus migrans, 120.000 individuos), los halcones abejeros (Pernis apivorus, 100.000 individuos) y las cigüeñas blancas (Ciconia, 200.000 individuos). Por su excepcionalidad, un par de ejemplos, el alimoche común (Neophron percnopterus), con menos de mil ejemplares, y la cigüeña negra (Ciconia nigra), unos 2.000 ejemplares, según los últimos conteos.

Miradores, observatorios, senderos, playas… cualquier punto del Parque del Estrecho es ideal para deleitarse y disfrutar de este fenómeno tan fantástico que nos ofrece la naturaleza. Un lugar privilegiado donde disfrutar con todos los sentidos.

Otros puntos muy interesantes a destacar son el observatorio de Cazalla y el del Algarrobo. Es aconsejable visitar uno u otro en función del viento dominante; si sopla el levante el lugar idóneo es Cazalla, y por el contrario si el que embate es el poniente, será el Algarrobo. Los vientos condicionan todo lo que contiene el parque y en gran medida este espectáculo migratorio.

Finalmente destacaremos otro enclave fundamental en el fenómeno migratorio, las Marismas de Palmones. Se trata del humedal de mayor superficie marismeña y donde hay más limo. Por tanto, no sólo es un acogedor lugar de descanso, sino uno de los sitios más abundantes para obtener alimento del Estrecho. Los mejores momentos del día para ver más actividad son los que coinciden con la bajamar, entonces podremos observar muchas especies de limícolas sondeando el barro o peinando las aguas someras en busca de alimento. Una pregunta frecuente es cómo es factible que tan poco espacio lo compartan tantos individuos y sobre todo tal variedad de especies. La clave está en las diferentes adaptaciones a la forma de extraer los alimentos. Por ejemplo, la avoceta (Recurvirostra avosetta) con su pico curvado hacia arriba realiza un barrido de lado a lado en las aguas o los sedimentos, mientras que las agujas (Limosa spp) clavan su pico largo y recto en el fango y lo acompañan con movimientos rápidos (hacia atrás) de pico y cabeza. Los zarapitos (Numenius spp), que también cuentan con un cuello estilizado y esbelto y un pico muy largo, en este caso curvado hacia abajo, lo introducen en el limo para capturar cangrejos o gusanos. Esto no es un capricho de la naturaleza; es la forma que tienen muchas especies de aprovechar, en una relativa armonía, un mismo medio sin tener que competir.

Avistamiento de cetáceos

En las aguas del Estrecho pueden observarse 7 de las 9 especies regularmente observadas en el Mediterráneo. Estas 7 especies son el delfín común (Dephinus delphis), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín mular (Tursiops truncatus), el calderón común (Globicephala melas), cachalote (Physeter macrocephalus), la orca (Orcinus orca), y el rorcual común (Balaenoptera physalus).

Los grupos de calderón común del Estrecho de Gibraltar se estructuran en grupos sociales jerárquicamente organizados y cuentan con alrededor de 300 individuos, que están presentes todo el año. Esta especie comparte las aguas profundas y con mayor pendiente del centro del estrecho con otras dos especies, los cachalotes y los delfines mulares.

Los cachalotes, que cuentan con alrededor de 25 individuos identificados hasta la fecha, están presentes en las aguas del Estrecho entre los meses de Marzo y Agosto principalmente aunque pueden ser observados de forma esporádica el resto del año y no migrarán a través del Estrecho, sino que vendrán a él para alimentarse. Los delfines mulares cuentan con unos 250 individuos censados y están presentes todo el año en aguas del Estrecho. Finalmente, los delfines comunes y listados se encuentran fundamentalmente al norte del Estrecho, donde las aguas mediterráneas y atlánticas se encuentran en aguas menos profundas. Es habitual observarlos en grupos más o menos numerosos según la especie, con crías que no se separan de su madre o juveniles que jugando se aproximan a los barcos…

Otras especies presentes como las orcas, probablemente pueden observarse todo el año, tanto en este área como en aguas del Golfo de Cádiz, y cuenta con alrededor de 40 individuos. Las orcas del Estrecho presentan interacciones con las pesquerías de atún durante los meses de verano, y están especializadas en cazar sus presas en aguas poco profundas de la Bahía de Barbate y del Estrecho de Gibraltar durante los meses de primavera.

Observación de cetáceos desde la costa

En el litoral gaditano y más concretamente en el Estrecho de Gibraltar no existen bases o equipamientos para la observación de ballenas y delfines desde la costa. Sin embargo hay varios puntos localizados desde tierra donde existe una posibilidad alta de poder observar cetáceos, sobre todo las grandes ballenas: cachalotes, rorcuales comunes y ocasionalmente orcas.

La observación desde tierra es una alternativa interesante para aquellos amantes del medio marino que lo pasan mal en el barco, o como un buen complemento a la típica excursión en embarcación.

Punta Carnero

En el Faro de Punta Carnero, pasando la playa de Getares, en Algeciras, se pueden ver delfines y con suerte rorcuales y cachalotes desde la costa. Eso sí, con la mar y el viento en calma y con un buen par de prismáticos.

Además podemos contemplar los restos de lo que fue una de las últimas factorías balleneras de España: “La ballenera”, localizada en la ensenada de Getares. Aunque las instalaciones se encuentran bastante deterioradas, todavía se puede distinguir la estructura original del complejo ballenero, las naves de almacenaje y la rampa de izado de los cetáceos.

Cerro del Tambor

Se trata de unos de los mejores puntos de observación del Estrecho en el que podemos divisar grandes ballenas y otros cetáceos que migran por estas aguas.

En pleno Parque Natural del Estrecho, cerca de Tarifa, encontramos varios enclaves donde es posible obtener unas espléndidas vistas del Estrecho, así como tener la oportunidad de ver, con suerte, las grandes ballenas que migran por estas aguas.

Un buen punto de observación, usado también por la comunidad científica en las campañas de seguimiento de cetáceos, está en las inmediaciones del Cerro del Tambor.

Punta Camarinal

Otra base de observación a tener en cuenta se localiza en el Faro de Punta Camarinal, en el límite norte del PN del Estrecho, cerca de la playa llamada “de los Alemanes”, en Zahara de los Atunes.

Desde abril a junio, las orcas acuden puntualmente a su cita con el atún rojo, que se aproxima a estas costas en su migración anual del Atlántico al Mediterráneo.

Áreas Recreativas Parque Natural del Estrecho

Área Recreativa La Peña

Área recreativa situada en Tarifa, en un pinar próximo a la costa y a la playa de Los Lances, que cuenta con instalaciones adecuadas para el esparcimiento. Incluye un kiosco bar, aseos, mesas con banco, algunas accesibles a personas con discapacidad, barbacoas y contenedores de basura y una fuente de agua.

Cómo llegar:
Desde Tarifa por la carretera N-340 en dirección Vejer de la Frontera.

Miradores Parque del Estrecho

Mirador del Estrecho

Situado en la carretera nacional N-340 que une Algeciras y Tarifa, encontramos unos de los miradores más espectaculares por sus excepcionales vistas. Desde este enclave podemos admirar las aguas de el Estrecho de Gibraltar y la costa africana, situada a tan sólo 15 kilómetros de distancia. En días claros puede contemplarse desde la ciudad de Ceuta, situada al este, hasta la ciudad de Tánger situada en la zona más oeste.

Mirador de la Cueva del Moro

A los pies de la Laja donde anidan impresionantes buitres leonados, el Mirador de la Cueva del Moro ofrece una de las más amplias vistas del Parque Natural del Estrecho: con el Parque Natural de los Alcornocales a la izquierda, al frente el Cerro de San Bartolomé, y a la derecha la confluencia del Atlántico y el Mediterráneo en el Estrecho, y África más allá. En esta barrera natural queda encerrada la ensenada de Bolonia, con el núcleo de El Lentiscal y otros pequeños núcleos rurales como El Realillo, La Gloria o los Ranchos del Helechar. Realmente interesante resulta la ciudad romana de Baelo Claudia, que localizamos justo al medio de las vistas panorámicas en la ensenada.

Mirador del Cerro del Tambor

Sobre los ondulados Cerros del Estrecho, en el límite del término municipal de Tarifa con Algeciras y siguiendo la línea descrita por el Cerro del Tambor, el mirador que hereda su nombre se adueña de los acantilados y las puntas del frente litoral del extremo oriente del Parque Natural del Estrecho. Las formaciones geológicas en las líneas intermareales dejan a la vista plataformas de abrasión y calas de cantos rodados a lo largo de toda la costa. Bajo los pies, cala Arenillas, una excepción entre las calas de cantos rodados del litoral mediterráneo del Parque. La vista al frente nos muestra la ensenada del Tolmo y Punta Acebuche a su espalda. Al otro lado del Estrecho, el continente africano es sin duda el máximo protagonista del escenario panorámico.

Mirador del Faro Camarinal

A los pies del Faro de Camarinal que da nombre al mirador, justo en el Cabo de Gracia, entre la playa de los Alemanes de Atlanterra y la cala del Cañuelo, se sitúa el Mirador del Faro de Camarinal. Las vistas desde aquí nos ofrecen un panorama único: un mar de pinos piñoneros adentrándose en las aguas del Estrecho por la Punta de Camarinal. Mirando hacia el sur, la silueta del continente africano al otro lado del Estrecho nos espera; las aves que se aventuran a cruzarlo pondrán la pincelada al escenario y con suerte, los saltos de delfines y de otros cetáceos.

Mirador de Camarinal

Dejando atrás el inicio del sendero de Faro de Camarinal en la misma carretera que sube por la Laja de Ranchiles en la Sierra de la Plata, llegamos al Mirador de Camarinal. Desde aquí las vistas panorámicas hacen un recorrido que comienza a la izquierda en el Cerro de San Bartolomé del Monte Betis y se va acercando por la ensenada de Bolonia, dejando ver la cresta de la Duna enterrada en el pinar. Según sigue la vista al frente, nos detenemos para ver un resquicio de la playa del Cañuelo entre el pinar, y desviándonos a la derecha, acabamos el recorrido panorámico con el Faro de Camarinal. Si dedicamos unos segundos a contemplar este escenario, seguramente el Estrecho nos recompense con el avistamiento de algún ave migratoria cruzando al continente africano.

Mirador de la Peña

Está situado al final del sendero del mismo nombre. Desde el mirador podemos disfrutar de espléndidas vistas, siendo posible que en días luminosos se dibuje en el horizonte el perfil de las estribaciones montañosas rifeñas de Marruecos. Se puede observar también la playa de Los Lances, un lugar catalogado como paraje natural por su especial riqueza ecológica.

Senderos Parque Natural del Estrecho

La Peña

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 800 m
Duración: 30 minutos
Dificultad: Baja
Señalización: No

Cómo llegar:

El sendero comienza en el Punto de Información del Parque Natural del Estrecho (Tarifa), en el Km 77,5 de la carretera N-340.

El recorrido:

Entre la ensenada de Valdevaqueros y la de Los Lances se interpone la sierra de Enmedio, cuya ladera más meridional remonta parcialmente este sendero para llegar al mirador de la Peña. Desde aquí, se obtienen unas espléndidas vistas del último tramo de la costa atlántica de la Península Ibérica, desde Punta Paloma hasta Tarifa, y tras esta ciudad histórica es posible divisar el perfil del Jebel Musa en la costa marroquí. El camino comienza subiendo por la pista por la que se accede desde la carretera. A los pocos metros, se llega a una bifurcación que hay que tomar a la derecha, por un camino forestal que conduce hacia una antigua vía de saca. Este tramo desemboca en un alto sobre la torre de la Peña en el que hay un mirador. La Peña es la torre vigía más antigua de la zona, de origen islámico.

Los Lances

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 1,5 Km
Duración: 30 minutos
Dificultad: Baja
Señalización: Si

Cómo llegar:

El sendero comienza en Tarifa, donde se encuentra el Estadio Municipal de Deportes y el aparcamiento de la playa de Los Lances.

El recorrido:

Los Lances es la playa más meridional de la Península Ibérica, la última de su fachada atlántica que llega hasta el mismo estrecho de Gibraltar. A su singularidad geográfica se le une otras circunstancias que la hacen también muy especial desde otras perspectivas: ecológica, histórica, cultural, económica o social. Así los valores naturales, como la riqueza ornitológica que aquí existe, se han convertido en fructíferos factores de desarrollo. Esta zona se encuentra en el paso intercontinental más importante para las aves migratorias del Oeste europeo. El lugar cuenta con una zona húmeda, la desembocadura de los ríos Jara y de la Vega, propicia para el asentamiento, temporal o permanente, de poblaciones de diferentes especies de aves marinas y costeras. El recorrido es corto y se hace muy cómodamente por una pasarela de madera que cuenta con señalización, bancos y un observatorio de aves. El sendero finaliza en el núcleo de viviendas de El Pozuelo.

Cerro del Tambor

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 650 m
Duración: 20 minutos
Dificultad: Baja
Señalización: Si

Cómo llegar:

En el Km 96 de la N-340 entre Algeciras y Tarifa, tomar la salida hacia el Centro de Visitantes Huerta Grande. Aquí se encuentra un cartel que indica que el sendero se encuentra a 5,5 Km bajando por una pista de tierra en buen estado.

El recorrido:

Este sendero recorre uno de los paisajes más representativos del Parque Natural del Estrecho: los Cerros del Estrecho. Al final del recorrido se encuentra uno de los numerosos bunkers que adornan estas costas, y apoyado en su construcción un mirador que se convierte en una peculiar ventana sobre la costa africana. Las excepcionales vistas que se disfrutan desde este lugar hacen que este cómodo sendero sea una parada obligatoria para conocer de cerca el enorme valor paisajístico que caracteriza a este Parque Natural.

Los Algarbes-Betijuelo

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 5,7 Km
Duración: 3 horas
Dificultad: Media
Señalización: Si

Cómo llegar:

En la N-340 a la altura del Km 74, tomar la carretera A-2325 a Punta Paloma. Antes de llegar a este poblado, se gira a la derecha tomando una pista en donde se inicia el sendero.

El recorrido:

El punto de partida es un lugar de enterramiento de la Edad del Bronce y una de las necrópolis mejor conservadas de la provincia: La Necrópolis de los Algarbes. El camino continúa hacia el poblado de Betijuelo, tras una subida entre eucaliptos que se mezclan con especies autóctonas como lentiscos, palmitos y coscojas. En la sierra Betis, en el punto más alto de la ruta, se encuentra junto al sendero un punto geodésico. En esta parada se puede contemplar unas espectaculares vistas panorámicas: la ensenada de Bolonia y el cabo de Gracia, a un lado, la ensenada de Valdevaqueros al otro, el Cerro de San Bartolomé atrás y el Estrecho de Gibraltar al frente. Tras reanudar la marcha, a medida que se desciende por el pinar, el suelo se hace más arenoso, apareciendo especies singulares como retamas, enebros y sabinas, hasta llegar al espectacular cauce del arroyo de los Puercos, donde la erosión provoca que los pinos se mantengan casi colgados de las paredes del profundo barranco.

Colada de la Costa-Huerta Grande

El sendero discurre por la vía pecuaria Colada de la Costa, atravesando los acantilados del frente litoral de Tarifa hacia Algeciras.

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 16 Km
Duración: 5 horas
Dificultad: Media
Señalización: Si

Cómo llegar:

Núcleo urbano de Tarifa, al final de la Calle Calzadilla de Téllez, junto al Castillo de Guzmán El Bueno, en las inmediaciones del puerto marítimo.

El recorrido:

El recorrido sobre pastizales costeros y zonas de matorral bajo, centra su interés en las impresionantes vistas del continente africano, los acantilados y las plataformas de abrasión en las zonas intermareales. A lo largo del recorrido se pueden encontrar bunkers, antiguos cuarteles de la Guardia Civil y otras construcciones de vigilancia y defensa, que aumentan la intriga del itinerario. A la altura de la antigua Torre vigía de Guadalmesí, existe un observatorio donde se puede contemplar el vuelo de las aves que cruzan el Estrecho hacia el continente africano. El sendero finaliza con la llegada al Centro de Huerta Grande.

Duna de Bolonia

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 1 Km
Duración: 30 minutos
Dificultad: Baja
Señalización: Si

Cómo llegar:

El sendero comienza en la playa de Bolonia. Desde la N-340 a la altura del Km 71, se toma la carretera CA-8202 que lleva a Bolonia.

El recorrido:

El camino discurre a lo largo de la playa de Bolonia por una pasarela de madera habilitada. Desde esta pasarela se divisa al frente la gran duna de Bolonia, levantada por los fuertes vientos de levante frecuentes en esta zona. A la izquierda, se puede apreciar la formación de lagoons dispersos a lo largo de la orilla de la playa, que sirve de cobijo a una importante avifauna. A la derecha uno de los más importantes conjuntos arqueológicos de la Península Ibérica: Baelo Claudia. Desde el camino se puede divisar algunos restos como una antigua factoría de salazón de pescado.

Desde cualquier punto de esta inmensa playa se ven y se sienten las sierras que la rodean con un verdor poco común en Andalucía. El sendero finaliza adentrándose en el último tramo en zona de pinar, para después abrirse de nuevo a la playa, desde donde se obtienen unas impresionantes vistas desde la duna.

Faro Camarinal

Datos técnicos:

Término Municipal: Tarifa
Tipo: Lineal
Distancia: 1,5 Km
Duración: 30 minutos
Dificultad: Baja
Señalización: Si

Cómo llegar:

En la N-340 a la altura del Km 71, tomar la carretera CA-8202 a Bolonia. Se continúa en dirección al conjunto arqueológico de Baelo Claudia y siguiendo por la misma carretera se encuentra indicado a unos 3 Km.

El recorrido:

Se trata de un camino arenoso con muy poco desnivel. Comienza en el mirador de la Punta Camarinal y desemboca en la costa, junto al faro Camarinal, el cual le da nombre al sendero. Se trata de la antigua Torre del Cabo de Gracia, una torre almenara construida por encargo de Felipe II en el siglo XVI. Una vez aquí, por el camino de la derecha del faro se puede acceder a la playa de los Alemanes y por el camino de la izquierda a la cala del Cañuelo. La vegetación dominante de la zona en la primera mitad del sendero se corresponde con pinares, lentiscos y jaras, para dar paso a medida que se acerca a la costa, a una vegetación más propia de suelos arenosos estabilizados como son la sabina y el enebro costero.

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